Por Ángel Gracia Ruiz
La introspección es el proceso mediante el cual se echa una mirada u observación en el interior de nosotros mismos.
La Real Academia Española de la Lengua define el término como la “Observación interior de los propios actos, estados de ánimo o de conciencia”.
Se trata de una técnica para conocernos y para perdonar incondicionalmente a los demás.
En el ejercicio de la introspección cambian las reglas del juego. Aquí no son los sentidos los van a facilitar a la mente la información recogida de fuera para que ésta lo procese, sino que va a ser el cierre de aquéllos lo que va a provocar la puesta de la atención en lo de dentro. Se trata de ese instante en el que dejamos de ver, oír, oler degustar y tocar lo externo adentrándonos en la esencia de nuestro interior para ocuparnos de nosotros y, de esta forma, vernos, oírnos, olernos, degustarnos y palparnos. Y es aquí cuando tomamos consciencia de nuestra identidad, porque descubrimos al SER que allí habita, y desde él, desvelamos su sabiduría escondida tras lo evidente. Así, alcanzamos a ver el motivo por el que actuamos de una determinada manera en situaciones concretas, el por qué de nuestra resiliencia, desidia, desamor, anhelo, preocupación, miedo, o la vía de acceso a ese conocimiento que nos hace actuar, en ocasiones, intuitivamente. De este modo, comprendemos que la responsabilidad del Estado de nuestro Ser se encuentra ahí, dentro, y no allá, fuera; que la solución de las situaciones conflictivas está en uno y no en los demás. Fruto de esta nueva percepción surge, por un lado, el perdón incondicional (la culpa no es del ajeno) y, por otro, la energía precisa para salir del atolladero.
La introspección, cuando nos ubicamos en el SER, puede ser utilizada como valiosa herramienta, conscientemente, en todo lugar, momento, y con motivo de cualquier causa. Sin embargo, en ocasiones, cuando nos hemos olvidado completamente de quienes somos, es el propio SER quien la llama como último reclamo a su desesperada situación. Me refiero a ese instante en el que nos miramos al espejo y no nos reconocemos. En este caso, la introspección actúa conduciéndonos a través de un viaje interior que finalizará en la transformación propia. Se trata de ese camino duro que en algunas ocasiones quienes nos rodean lo tildan de “depresivo” y que no es más que un ahondamiento en nuestras profundidades abisales. Aquí, cerramos nuestros sentidos a lo externo para dedicar toda la atención a ese SER del que nos hemos olvidado, iniciando un camino de regreso a él, y cuando lo alcanzamos, sentimos que ese SER es diferente a aquél del que un día partimos.
Gracias, Introspección, por haberte entregado incondicionalmente a nosotros para que te utilicemos en esta experiencia existencial.
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Iniciativa
Por Dolores Romero
La iniciativa es la capacidad que tienen las personas para emprender actuaciones nuevas o novedosas que permitan solucionar una situación que es preciso cambiar.
Iniciativa es acción, es la puesta en marcha para poder cambiar todo aquello que no nos gusta o que nos causa dolor. Lejos de la pasividad o de la aceptación de las situaciones que nos depara la vida, la iniciativa es movimiento, actividad, búsqueda de soluciones.
La iniciativa es el motor para promover el desarrollo, ya sea personal, social, cultural, laboral.
Hay personas que tienen muy desarrollada su capacidad de iniciativa de forma innata: son personas emprendedoras que ven oportunidades para llevar a cabo cosas nuevas a cada momento y en cada circunstancia. Por el contrario, hay otras personas que solamente son capaces de tomar la iniciativa cuando llegan a situaciones límite. Entre ambos extremos están aquellas personas, el grupo más numeroso, que reaccionan con iniciativas a necesidades propias y puntuales y que descubren que tomando la iniciativa, actuando, son capaces de hacerse dueños de su propia vida, a veces con errores, pero en muchas ocasiones con aciertos.
La iniciativa parte del análisis de necesidad y finaliza en la obtención de la solución. Es acción, movimiento, búsqueda, hallazgo. Es el primer paso y el propio camino.
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Creatividad
Por Luis Miguel Fuentetaja
Si dejamos de hacer preguntas que no tienen respuesta para poder explicar mediante la lógica lo que nos está ocurriendo; si dejamos de quemar nuestras energías en quejas y lamentos por la mala suerte y las circunstancias que nos acompañan, y nos mantenemos en equilibrio, nacerán en nosotros las ideas y respuestas que necesitamos.
Para crear, para que las ideas creativas nazcan, sólo tenemos que permanecer centrados, dejar a un lado los miedos, las culpas, los sentimientos y las emociones que nos hacen daño, silenciar la mente y escuchar nuestras intuiciones. Escucharnos a nosotros mismos. Porque dentro de nosotros está la semilla de la creación, y desea florecer.
No hay que preocuparse, porque todo lo que necesitamos para crear está en nuestra propia esencia. El inconsciente actúa siempre de una manera que compensa las carencias del consciente. Si creemos, creamos. Si confiamos en nosotros mismos, la creación surge con la intensidad y la fuerza de la naturaleza, proporcionando calor a nuestro corazón y esperanza a nuestro espíritu.
La creatividad puede ser el combustible más eficaz para impulsar la resiliencia, y tú, mujer, estás especialmente dotada para ello, porque la naturaleza de la creación es esencialmente femenina, y la creatividad se desarrolla de una manera especial en ti. Utiliza la imaginación, visualízate feliz y en armonía. Abre tu corazón a lo nuevo, y nacerán en ti las ideas y las respuestas que necesitas.
Sólo tienes que creerte y amarte. Confía en ti.
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Autoestima consistente
Por Cristina Beati¨Conócete a ti mismo¨
¡Cuánto tiempo perdemos en observar, juzgar y criticar al otro!
Si abrazáramos la libertad de amarlos tal cual son…
Si pudiéramos ver nuestro reflejo en ellos y lográramos entender que las sombras y las luces que en ellos contemplamos son nuestras propias sombras y luces que la conciencia se empecina en distorsionar o disfrazar, encubriendo y dificultando esta preciosa oportunidad de reconocernos en ellas.
Es tiempo de estimarnos a nosotros mismos de un modo consistente. Hoy más que nunca la sociedad nos presenta variedad de instrumentos que favorecen el autoconocimiento. Valorarnos es conectarnos con la abundancia que hay en nuestro interior. Aislar nuestra verdad esencial de todo lo que la oculta y confunde, y desde ese punto emerger asumiendo nuestra propia, exclusiva y absoluta identidad.
¿Quién soy? Sin cercenamientos ni aditivos. Mi YO, neto y consistente. La certeza del MI MISMO.
¿Qué puedo? Mis talentos, virtudes y defectos. El reconocimiento de los obstáculos y trabas que inhabilitan mi prosperidad.
¿Qué quiero? ¿Cuáles son los anhelos más auténticos de mi alma, aquéllos que abarco cuando me acepto?
Es ya tiempo de ser YO MISMO, sin fantasías ni digresiones, sin culpas ni miedos. Consistente, absoluta, valiente y amorosamente YO.
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Sublimación
Por Cristina Beati
En puntas de pie me voy acercando a esa sutil línea anaranjada que se destaca en el horizonte y que a mí se me presenta como la oportunidad de transponer el umbral. Es curioso que aquello que siempre se me manifestó como inalcanzable, es aquí y ahora tan accesible y tan cercano.
Estoy a punto de penetrar en el espacio sagrado y sé que debo hacerlo totalmente despojado.
Viví intentando alcanzar horizontes nítidos pero inabordables. Errática y desolada fue mi búsqueda. Cuanto más corría en mi avance, más me alejaba. A mayor esfuerzo, mayor frustración. Pergeñaba planes, hacía alianzas, indagaba en las órbitas previsibles de los planetas y todo desembocaba en un mismo atávico final. Miraba a mi alrededor. Necesitaba saber si esta pulsión con tintes suicidas era un extraño desorden que me distanciaba de los otros. Me sorprendió ver que éramos muchos los que deambulábamos como autistas en senderos que nos despistaban. Lo único que lográbamos era ahondar el surco de la huella.
Un día por fin, no me moví más. Dejé de pensar, de sentir y de actuar. Sólo fui. Llegué a la sima de la desesperanza y la desolación. Abandoné la pesada carga del pasado y dejó de importarme el más allá. Y así estuve largo tiempo con la mirada perdida hasta vaciarme de mí.
Hoy despierto y, sin pensarlo, decido caminar. Doy el paso más importante de mi vida. Me sorprende que sea tan sencillo, silencioso y breve. Lo hago y se detiene el mundo en mi interior. La luz me abrasa completamente y el sol, intuido siempre más allá, estalla hoy, acá, en mi pecho. Borra los confines de mi mundo y las polaridades se consumen en el fuego.
Todas las búsquedas de todos los tiempos y de todos los seres se funden en este ahora final: una nueva aurora se abre por fin paso en mi humanidad.
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Moralidad
Por Ana Vaquero
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Independencia
Por Cristina Beati
Me veo a mí, de pequeña, en mis juegos. Desafiaba a mis padres con pulseadas cotidianas procurando demostrarles que podía vivir sin depender de ellos. Al largarme a caminar inventaba metas nuevas y ya corría hacia la siguiente valla que vencía, arañando piedras y acumulando rasguños en el cuerpo y en el alma.
Curiosamente creyeron doblegarme con uniformes, pupitres y encierros con olor a tizas y negruras de pizarras. A espaldas de los maestros pugnaba por emerger el anhelo de independencia escondido debajo de mochilas y tareas escolares.
Ni hablar de las expresiones tragicómicas de este íntimo deseo del espíritu, durante mi adolescencia. ¿Recuerdas la tuya?
Hoy, ya de adulta, y después de haber librado mil batallas, rompiendo candados y destrozando un sinnúmero de cepos, regreso con sosiego a las intenciones de mi niñez y tengo la certeza de haber conquistado por fin mi INDEPENDENCIA.
Estoy logrando ¨ no depender ni siquiera de mi misma¨
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Volver a nacer
Por Luis Muñiz
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Altruismo
Este término lo forjó el filósofo Augusto Comte, padre el positivismo, a partir de la palabra italiana Altrui- el otro_, derivada del latín, alter, a, um. La idea del filósofo fue aportar el término opuesto a egoísmo, ya que entiende que la palabra generosidad no es lo contrario a egoísmo, pues en ella no se explica que el beneficio de la misma sea precisamente EL OTRO.
El Altruismo se refiere a la solidaridad interpersonal.
Los valores en los que se apoya el Altruismo son:
La bondad, la caridad, el compromiso y desapego
Es un acto que se sabe va a beneficiar más otro que a uno mismo, implicando un sacrificio personal, y se hace desde la bondad y la caridad.
Y el Compromiso, se hace desde una ética de responsabilidad. Y se sabe que actuando concretamente sobre el presente, se puede proporcionar mayor bienestar a otros o al resto de la sociedad. Es decir en un acto altruista hay una inversión personal para el desarrollo de bienes comunes. (Hemos utilizado la palabra ética haciendo referencia a moral social. Mientras que moral se refiere a conciencia individual)
Al hojeas las páginas de la Historia, descubrimos que los grandes logros de la Humanidad en las áreas de el saber, del bien común y de los grandes objetivos sociales, se han debido a hombre y mujeres que consagraron su vida a los demás, olvidando sus intereses inmediatos.
El diccionario de la Real Academia define ALTRUISMO como: “esmero y complacencia en el bien ajeno, aun a costa del propio, y por motivos puramente humanos”
Por tanto el altruismo es una actitud aceptada y querida de buen grado, ya que tiene una dimensión claramente humana y de servicio a la sociedad que se pone a prueba si para prestar ayuda a los demás tenemos que renunciar a beneficios propios, inmediatos y significativos.
Sin embargo, choca de frente con contravalores alimentados en nuestra sociedad, que empujan al egoísmo, a la avaricia, a la ambición, el poder, la servidumbre.
Por ello es fundamental un cambio de conciencia en la sociedad y reorientarla hacia valores altruistas. Y sólo lo podemos hacer, por supuesto, desde el ejemplo individual y desde una educación para la solidaridad y el altruismo. Y esa educación llega desde el hogar y desde la escuela especialmente.
El valor del altruismo, se alza como una alternativa muy válida como alternativa a los valores de competitividad, que conducen al egoísmo, individualismo y a la violencia.
Por ello debemos presentar el altruismo a nuestros educadores como valor y como meta digna de todos esfuerzo, orientándoles a estar abiertos a la generosidad.
Enseñar a nuestros hijos a ser solidarios es capacitarles para el amor, la alegría y la verdadera libertad.
Educar en la competitividad nos lleva a considerar al otro como enemigo, al menos en potencia., condicionándonos desde niños a un feroz individualismo.
Nos podemos preguntar si puede estar aquí la causa de tanta violencia en la sociedad: en los colegios, en las parejas, en las familias, en el trabajo…
Todos debemos hacernos cada cual responsables de la felicidad de los demás. ¿Cómo? Predicando con nuestro ejemplo constante, valorando y reforzando las conductas de hermandad, comprensión, amabilidad, disponibilidad, ayuda a los demás, hospitalidad, compasión,… en definitivo
En definitiva un acto de altruismo se puede hacer desde pequeños signos en nuestras vidas cotidianas: desde una sonrisa, un pensamiento o una aptitud, desde el desapego y la entrega, y que produce un cambio vibracional a tu alrededor. Así, de forma tan sencilla ,estamos contribuyendo a trasformar la sociedad en una sociedad con más amor.
¿Cual a mi entender debe de ser el punto de partida??
El desapego … que lleva directamente a la compasión en nuestro corazón, que dan como fruto conductas de hermandad, comprensión, amabilidad, disponibilidad, generosidad … QUE SON VALORES HUMANOS.
